
REVItALIzACIÓN LINgüíStICA y CULtURAL
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CIENCIA E INTERCULTURALIDAD, Volumen 34, Año 17, No. 2, Julio-Diciembre, 2024.
Los pueblos étnicos originarios Sami, habitan la región del polo Ártico, que abarca
partes de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia con una rica cultura arraigada en algunos
en la vida nómada y otros en la sedentaria, pero ambos en la conexión con la naturaleza.
Los Samis han desarrollado una forma de vida única adaptada a las duras
condiciones climáticas de la región ártica, caracterizada por la crianza de renos,
la pesca y la caza. Su lengua, el Sami, es una parte esencial de su identidad, han
preservado sus tradiciones, incluidas las coloridas vestimentas tradicionales, la música
y la mitología. Su cosmovisión está profundamente ligada a la tierra y la naturaleza,
y han desarrollado un respeto profundo por el entorno en el que viven.
Este proceso que ha vivido las culturas nórticas conlleva a resignicar algunas
similitudes de cómo han resistido a tiempos, contextos, situaciones, actores donde
se considera que el hacer investigación con sentido de pertenencia y pertinencia
es fundamental en el resistir y pervivir donde el vivenciar desde “la investigación-
acción, es fundamental conocer y apreciar el papel que juega la sabiduría popular, el
sentido común y la cultura del pueblo, para obtener y crear conocimientos cientícos”
(Borda, 2022, p. 205). A pesar de los desafíos contemporáneos y la presión cultural, los
Samis continúan luchando por preservar y promover su identidad, lengua y formas
de vida tradicionales.
Los Samis también han estado involucrados en luchas políticas y sociales para
proteger sus derechos y promover el reconocimiento de su estatus como pueblo
indígena. Es importante destacar que los Sami son un ejemplo de la diversidad de los
pueblos indígenas en el mundo, con una rica herencia cultural y una lucha continua
por la preservación de sus formas de vida en medio de la modernidad y los cambios
sociales (Burmeister y Somby, 2006).
Pasando al pueblo indígena Māorí es también pueblos originarios de Oceanía,
especícamente de Nueva Zelanda, ellos cuentan con una rica historia y cultura que se
remonta a más de mil años. Originalmente migraron desde la Polinesia hacia Aotearoa.
Los Māorí vivieron diferentes procesos de resistencia, aculturación y asimilación
llevados a cabo por las autoridades coloniales en Nueva Zelanda. Esto tuvo un impacto
terrible en la identidad cultural de los Māorí, provocando un fuerte desarraigo y
negación de su identidad y cultura. Fueron forzados a adoptar el modo de vida de los
blancos descendientes de los colonizadores europeos, y esta presión causó mucho
dolor y trauma debido a la pérdida de cultura y valores esenciales para ellos.
Es importante reivindicar sobre la memoria histórica de los indígenas Māorí
porque desarrollaron una sociedad única basada en la agricultura, la pesca y la guerra.
Los māorí tienen una conexión espiritual profunda con la tierra, llamada "whenua",