Consejería Escolar, una carta de ciudadanía1

Alta Hooker Blandford2

Autoridades del Consejo Universitario del Recinto, Autoridades Municipales, Autoridades del Ministerio de Educación,Docentes, graduados y graduadas, familiares,Invitados e invitadas, Amigas y amigos todos,

Buenas tardes

Representa un verdadero honor para mí tomar la palabra para felicitarles y agradecerles por haber decidido convertirse en Consejeros y Consejeras, a su vez al Ministerio de Educación, al Instituto de Educación de la Universidad Centroamericana, al UNFPA, al Consorcio de Universidades integrado por UNAN León, BICU, UCA y nuestra Universidad, que llevaron a efecto el Programa de Diplomado destinado a la formación del personal docente que forman parte de la Red de Consejería Escolar.

Es oportuno que hoy abordemos de una manera reflexiva la situación actual de violencia, conflictos de convivencia, seguridad ciudadana, pérdida de los códigos de valores de las familias, para mantenerse sanas, que vive la Costa Caribe y el país. Basta con ver a nuestro alrededor para comprender cuan cerca vivimos esta crisis: asesinatos, suicidios, drogas, violencia, desintegración familiar, pobreza, destrucción ecológica, corrupción, etc.

Este escenario, que de una u otra manera es parte de la responsabilidad social que tenemos cada uno de nosotros, como miembros de esta sociedad, en la construcción de una ciudadanía intercultural, entendida esta, como el ejercicio pleno de los derechos humanos, individuales y colectivos de vivir en paz.

Un derecho humano fundamental de los nicaragüenses es la Educación, por lo cual hemos y seguiremos trabajando. Muestra de esto fue la puesta a disposición del magisterio nacional el Diplomado en Consejería Escolar, como parte de su formación continua, el que se desarrollo en el marco de la Estrategia Educativa Nacional que pretende mejorar la calidad. No sólo desde los conocimientos sino también considerando los valores y actitudes. Apostamos por una educación que sea algo más que proporcionar conocimientos, que sirva para la vida, que esté en relación directa con las necesidades de las personas y que genere conductas positivas a nivel interior y en el aspecto interpersonal, a todos los niveles.

Después de los padres y madres, uno de los modelos y relaciones más significativas que niñas y niños establecen con personas adultas son susdocentes, por lo tanto deben estar conscientes del rol que asumen en el proceso educativo.

Los docentes algunas veces muestran cansancio y estrés ante los comportamientos de sus estudiantes, sumado al contexto socioeconómico de carencias, una cultura de violencia que nace en los hogares, se multiplica en las calles, se filtra y regenera en las escuelas. Por su parte el estudiantado manifiesta que persisten las conductas autoritarias y violentas de muchos docentes.

Por consiguiente, necesitamos maestras y maestros guiados por valores y principios, con inteligencia emocional, iniciativa, creatividad, empatía, innovadores, con vocación de servicio, pasión por la educación y formación de la persona humana, en el marco del respeto a los derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, lo cual se corresponden con el quehacer de la consejería escolar, que está orientado a elevar el rendimiento académico, mejorar los ambientes de aprendizaje y promover la convivencia pacífica y la equidad de género.

Estoy plenamente convencida que el día de hoy después de haberles proporcionado una variedad de herramientas y con su experiencia podemos contar con ustedes para dejar en sus manos la formación integral de las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes, para apoyarlos en su propia comprensión, autoestima y en actitudes que han de gestar valores, proporcionarles estrategias que alienten su liderazgo y protagonismo; incidir para que perfilen una personalidad y carácter equilibrados y pro activos; colaborar para que conozcan y apliquen sus deberes y derechos como estudiantes y ciudadanos, se rijan por patrones de cultura de paz, tolerancia, respeto y superen sus dificultades de aprendizaje.

Además de acompañar a los colegas docentes para que reflexionen y actúen como educadores con una pedagogía psicoafectiva, enfocar la actuación de padres y madres de familia, incidir en la orientación vocacional y profesional de los jóvenes, detectar, orientar y referenciar a centros e instituciones especializadas, los casos de violencia que detectan en las aulas.

Estas y otras funciones de la Consejería Escolar requieren de una transformación sobre todo de acción y concreción. Ya va en camino una Consejería Escolar con vocación y mayor preparación. Pero esto no basta, también requiere de fondo de tiempo en el que puedan, efectivamente, cumplir con su compleja misión, mucho más allá del aula y de su grupo de clase.

Estas aspiraciones exigen grandes retos y desafíos, tanto para el MINED, como para toda la comunidad educativa del país, en la cual la labor de consejería escolar actúa como un agente visible que promueve los cambios que pueden producirse, tanto en la formación de estudiantes, así como en la práctica educativa y en el fortalecimiento de la red colaborativa con otros actores educativos.

Para iniciar o consolidar las transformaciones educativas, es preciso estar conscientes que el verdadero aprendizaje sólo es posible cuando quien aprende siente seguridad y motivación y no cuando prevalece el temor. Debe ir de la mano con las transformaciones de las relaciones humanas en la escuela.

Por lo tanto, si de verdad queremos aportar al desarrollo de nuestro país y región, tenemos que experimentar el aprendizaje activo y constructivo, a través de reflexiones, ejercicios y dinámicas de aprendizaje individual y grupal, apoyándose en sus valiosas experiencias, para optimizar la comprensión del contenido y de nuestra realidad en el quehacer como docente y principalmente en como potenciar la participación de las madres y los padres de familia en la integración del trabajo educativo escolar.

A lo anterior se le puede sumar la preocupación por una verdadera articulación de los subsistemas educativos, que nos invita a mirar la coherencia entre la educación primaria, secundaria y superior.

Por lo que su trabajo en las Consejerías es muy importante para el bien andar de los estudiantes en la Primaria y Secundaria pero también darles los elementos y herramientas que les ayude a transitar de la mejor manera el camino de la Universidad, lo que mejoraría las relaciones interpersonales, las responsabilidades individuales y colectivas, construcción de espacios para la paz, orientada a la construcción de un concepto de paz, basado en la justicia social, corresponsabilidad, autogestión, cogestión, cooperativismo que de forma colectiva consolida las estrategias para el desarrollo de procesos educativos, culturales, recreativos, en los cuales se comprometen todos los actores en pro de su bienestar.

No puedo terminar sin antes exhortarlos de una manera enfática a cambiar las historias de vida de los estudiantes al igual que la Educación en Nicaragua.

Permítanme terminar felicitárlos nuevamente. Este es un gran día para ustedes y sus familias, así como para nosotros. Compartamos juntos hoy nuestra alegría por su graduación y trabajemos todos juntos por una Educación de calidad impregnada de los mejores valores y actitudes que garantice una verdadera ciudadanía.

Muchas gracias.


1 Discurso de graduación del Diplomado en Consejería Escolar, sede Juigalpa, 12 de Noviembre del 2011

2 Master en Salud Pública, Rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragueense (URACCAN).
Email: altahooker@yahoo.com.mx

COPYRIGHT © (URACCAN) Noviembre 2018. Todos los derechos reservados.