Poesía

Pilar Oporta Rodríguez.

Lo que me gusta

Me gusta ser lo que Dios quiere de mí.

Me gusta ver el amanecer:

los rayos del día, las aves cantar

y sentir mi ser despertar.

Me gusta ser el bien.

Mirar a los demás,

sentir amor por los que sufren y padecen

como yo siento tanto

el sufrir ajeno.

Me gusta amar a Dios, alabarlo y bendecirlo

Hablar de él de su grandeza

Y ayudar a quienes yo pueda

Y mientras yo viva ¡Dios existe!

Qué sabes tú

Pilar Oporta Rodríguez.

Qué sabes sobre la diosa que al morir el sol

llora de nostalgia, susurra en su pecho el alma

y escucha una frase de amor a lo lejos,

sintiéndose perdida en la soledad.

Qué sabes tú de la diosa que triste a diario llora,

y pensando a solas con lágrimas en la almohada

Preguntando por la salida del sol al amanecer

Oopor las estrellas al anochecer.

Qué sabes tú del dolor de la diosa.

de sus estados emocionales.

del dolor del alma o del cuerpo

de sus ansias y de sus hastíos.

Qué sabes tú de sentir una pena

y desear una vida de una diosa:

llena de vida y alegría y de saber

que la vida es maravillosa.

Klauna laka

Fidel Wilson Centeno

Timyara pyua ailal pali kapram

Almuk nani ba awas angkata

Ingbi muni mai marikaia dukiara

Baku pali dauki balan

II

Almuk waitna bara almuk mairin nani

Kum kum lilya wal, wala

Nani sari kira ni

Sakuna awas angkan ba yan dasras kan

III

Nikbanka sat sat nani daukan Maikka kli ai tasbayara

Bal ulma dukiara

Ba mita 1990 wina nara sma

Sakuna kau uba swapni tara sma

Karata ai lakunka wal

Fidel Wilson Centeno

Lamlaya wina lakun kamra pah takuia bara,

Wan kupia sin pah takisa

Lamya, lapta wal prak prukan bara lakwi kan kaikisa

Luhpiam nani puram ku awi apia kan misin wal plapi luwisa

II

Kau kau wan taura auya pyuara

Yami pihni, yami puputni nani ai lilya kira ni

Pali luya kan kaikisa

Kaku, krikam nani lilya pura luwan taka aiwanisa

Bara yamni balram wisa upla nani luya pyuara

III

Ban ban balan bara, Karata man pah! Takisma

Utla nani lakum kam taura bara nani ba sin sut takisa

Tnayara wilwi tris tawi kaikan bara

Lapan ilka pranakira ba blu yahpa tara man kan kaiki sa

IV

Baku pali Karata pranakira

Awas kam pasa krawan kia man kan kiawali

Lakun kam bilak wasikam, inskikam, karaskam nani

Bal luwi but but kan impapakra nani kaiki luwisa

Karata pranakira ban sma ban kaia ra

Naturaleza

Mercedes del Carmen Tinoco Espinoza

A Cristina Rugama

Escribo con los colores de la naturaleza.

Cada paso de mi vida se ha escrito con esos colores.

En la piedra se refleja lo duro

que hemos luchado en la vida.

En las aguas mansas de Aguas Claras y el Mar del Caribe

se describe a cada nado nuestra constante necesidad de trabajar;

cada vez más para mejorar nuestras condiciones de vida,

nuestra condición de mujer,

en cada montaña.

Desde la Comunidad del murciélago hasta Bitinia

se ha dejado

escrito en cada hoja, en cada árbol, en cada camino,

en cada quebrada

nuestro andar.

Se escucha el lamento de Cristina Rugama (La Pinta) asesinada por más

de cien hombres armados en la presa de El Salto Grande, En el Río Pis Pis.

Está grabada la historia de Cristina Rugama, en sus aguas contaminadas de cianuro y manchadas de sangre heroica, sangre de mujer valiente,

aún se escucha el lamento por sus hijos abandonados,

por su madre que sobrevive de una mísera pensión;

La neblina de Bonanza es testigo fiel del trabajo que realizan

las mujeres en la Empresa:

La que toca el pito,

la que lava la ropa de los solteros de la Empresa,

las que cocinan a diario la comida de los Misters,

las que llevan a diario la comida a sus maridos,

las que pulen el piso de las casas del staff,

las que lloran a sus hijos muertos en la guerra:

Doña Juanita que llora a checho,

Doña Eugenia llora a Manolo,

Doña Ida llora a Compita Sandro,

Las mujeres amancilladas y asesinadas en la Rampla.

Hoy no puedo callar.

Quiero contarles de doña María que fue abusada por un gringo

de la Neptune Gold Mining Company y le tuvo un hijo.

Quiero contarles de tantas mujeres heroicas.

Hay tanto amor disperso:

Quiero contarles

que en los colores de la naturaleza

veo cada día la armonía,

la paz,

la tolerancia,

el amor por todas las cosas que hacemos.

Amo los colores de la naturaleza.

En los colores de la naturaleza veo el árbol de Caoba y Pino:

que se niegan a crecer en estas tierras explotadas y saqueadas.

En Cada piedra de malaquita, oro, cobre y plata

se niegan a ser trituradas en la chancha para ser llevadas

al extranjero.

En el mar del Caribe saqueado por las mal llamadas Empresas Pesqueras.

En cada mujer que se tiene que prostituir para darle

de comer a sus hijos.

Quiero contarles que necesitamos ver los colores de

la naturaleza para tener un futuro:

Adorable

Querible

Envidiable

Manejable

Sostenible.

Recuerdos

Mercedes del Carmen Tinoco Espinoza

Te acuerdas

De esa infancia entre el Cerro Venus

Y la Loma Linda.

Te acuerdas de esa juventud

dada,

regalada,

prestada

para que durmieras tranquilo

porteño.

Te acuerdas cuando vine como visitante nocturna

en amaneceres llenos de pinos,

entre Kambla

y Kabrutigni

mis pies tocaron

llano,

lodo,

fango,

riachuelos,

cuidé muchos árboles.

Dormí acompañada de pinos:

ellos me cuidaban

y yo los cuidaba a ellos

porque nunca

te dijeron cuantos amaneceres despertamos junto contigo

pino,

con mis pies enmaletados, encarcelados

por un par de botas

que no podía regalar ni prestar,

era la brisa del Caribe que me despertaba era esa belleza llamada

naturaleza

la que me hizo sobrevivir,

me brindó su hospitalidad

a cambio

la cuidé

y me cuidó

de algo que le llamaron:

GUERRA...y todavía no se para qué…

Tierra mía

Mercedes del Carmen Tinoco Espinoza

Tierra mía

y tuya también.

Es la tierra que llora

por el encuentro

con lo nuestro.

Es la tierra

de nuestros hijos

de los hijos de nuestros hijos.

Qué hemos hecho contigo.

Arrendado

a los que nos visitan

con sed de

Exportar? ¿Hacia dónde?

Al país que añora esta tierra.

La única que tenemos

a los que nos

regalan unos cuantos dólares

por ti:

A costa de hambre

de cuanto sacrificio,

y pensaste acaso algún día que

la belleza envidiable de nuestra tierra siempre ha sido

violada, mancillada,

saqueada,

dada al mejor postor.

Pensaste ya que esos fieros

saqueadores de madera

sólo nos dejarán

miseria,

descontento

por tanto despale indiscriminado,

te llevan a ti caoba preciosa,

no te desprecian Pino oloroso y bondadoso, Santa María se llevan todo.

No se les olvida el guapinol

Y por si fuera poco regresan

Por el laurel que se les quedó.

Tierra mía

y tuya también.

Bilwi, 22 de Abril (Día de la Tierra)

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