La Miskita

En el aeropuerto de Bilwi

la miskita parla

en su idioma delicado, suave

al oído,

un tanto cantarín, delicado.

Ella finge no verme.

Con coquetería aparta la mirada.

Baja, ligeramente morena,

lacio el negro cabello

y relucientes los ojos.

Yo la miro

con interés felino.

Ella se aleja,

se voltea una vez

y hay una mano

diciendo adiós!

Solo me quedo

la ilusión de conocerla.

Nicolás Navas Navas

La negra mandinga

Una retahíla de insultos va gritando

la negra mandinga,

la de entorchados cabellos

de negro tirabuzón,

la creole Emily,

delgada y frágil como una caña

castigada por la tormenta,

ambulante, desasosegada, desarraigada

mujer de puerto

que cualquier macho ayunta,

y su grito en el viento

-alarido de ave marina-

como arpón doliente atraviesa

los costillares del aire

A pequeños brincos los marineros la siguen

como perros oliendo sexo

en la brama de siglos de la tarde.

Algunos hay que le tocan las grandes nalgas

salientes con lujuria inaudita

Mas tarde se pierden

en el horizonte silbante de las arenas

acarreando consigo mitos, leyendas y amores,

sexo embrutecido y arrebatada pasión

en la brama ardiente de raza y elemento.

Nicolás Navas Navas

En el mercado

En el mercado de Bilwi te ofrecen

chile de cabro las mercaderas.

Irregular en su forma

amarillo o rojo

con olor sui géneris a cabro

y el don de picar y repicar.

Mas allá la malanga,

el camarón, el pescado

Aquí la vida tiene

un ritmo de samba

o de palo de mayo

y el sin saima simaló

a movimiento caribe, a rumba

al África trasplantada,

(sin saima simaló)

y los grandes glúteos negros

moviéndose

con un ritmo infernal

como si nunca se volvieran

a mover.

Como si nunca….

Nicolás Navas Navas

Aeropuerto

Aterrizamos en el aeropuerto

de Bilwi a medio construir

la pista.

Una avioneta de doce pasajeros

nos hizo sudar gordo,

fuertemente nos sacudió la tormenta

En la recepción

un oficial negro muy exigente

me pidió el pasaporte.

Extrañado le di mi cédula

de ciudadano Nicaragüense.

Su cara

delataba la incertidumbre

y la rareza de no ser yo de otro país.

El poeta Fernando

salvó la situación con el policía.

Con cara de extranjero

me vieron en Bilwi.

Más tarde celebramos la extranjería

en un bar

con una media botella de ron.

Nicolás Navas Navas

Niña afrodescendiente, rallando coco, Lagoon Pearls, RACCS.

Foto: Archivo URACCAN.

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